A menos de cuatro meses de las elecciones de octubre, Javier Milei parece haber llegado a un punto de no retorno con los gobernadores. El fracaso de la segunda reunión consecutiva que tuvo el gobierno nacional con los mandatarios provinciales en el Consejo Federal de Inversiones redujo al mínimo el margen de acción de los moderados y tuvo consecuencias concretas. En primer lugar, clausuró la negociación y aceleró el proyecto de ley de los gobernadores que reclama eliminar los fondos fiduciarios que se financian con el Impuesto a los Combustibles. En segundo, dejó abierta la posibilidad de que se agraven los problemas para La Libertad Avanza en el Congreso, cuando se traten el aumento para los jubilados y el ajuste en el sector público.
Ni el virtual ministro del Interior Lisandro Catalán, ni el secretario de Hacienda Carlos Guberman lograron aplacar el reclamo de gobernadores que ingresaron en una fase complicada, donde compiten con LLA en las elecciones y son a su vez blancos dilectos del ajuste que tanto promociona el presidente. La unidad de los mandatorios provinciales es el fraacaso del presidente.
Un informe basado en datos oficiales confirma que el hachazo de la extrema derecha a las provincias no tiene antecedentes y castiga a la enorme mayoría, incluidos los colaboracionistas que le votaron todas las leyes desde que inició su mandato. En un juego de pinzas que los debilita y los expone ante sus propios electorales, Milei le está haciendo pagar a los mandatarios provinciales una gran porción de la reducción del déficit fiscal que se adjudica como mérito exclusivo.
Desde que asumió su mandato, el presidente destinó en transferencias a las provincias un 35% menos que Mauricio Macri y 50% menos que Alberto Fernandez en su período de gobierno sin pandemia. Sucede a pesar de que, en el año electoral, después del ajuste formidable de 2024, el gobierno nacional se vio obligado a incrementar las transferencias a los gobernadores, en especial a la ciudad de Buenos Aires, obligado por el fallo de la Corte Suprema, que en septiembre del año pasado le dio la razón a Jorge Macri en su reclamo de coparticipación.
En la comparación de los cinco primeros meses de 2024, se advierte que entre enero y mayo de este año Milei elevó un 132% las transferencias al bloque de los gobernadores. Sin embargo, cuando se ve con mayor detenimiento, la suba se explica sobre todo por el incremento del 699% que recibió la ciudad de Buenos Aires en la comparación interanual. Eso hizo que hoy el distrito que gobierna el PRO profundice las diferencias con el resto del país y que el jefe de gobierno porteño se lleve solo más fondos que el resto de los 23 gobernadores. La cuna del macrismo se queda con el 60% del total de lo que la Casa Rosada reparte entre las provincias: el resto del país en su conjunto se reparte el 40% que sobra.
Si CABA tiene un aumento del 699% en los primeros cinco meses del año, en el resto de las provincias tomada como un conjunto la suba se limita al 23%. Dentro de ese bloque, hay ganadores y perdedores, por razones económicas como Neuquén traccionado por la actividad económica o discrecionales, como en los casos de los gobernadores que mejor relación tienen con la Casa Rosada. Santiago del Estero (-55%), Corrientes (-26%), Misiones (-13%), Jujuy (-13%) y la provincia de Buenos Aires (-6%) están entre las grandes perdedoras.
Los datos surgen del informe de la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia en base a información oficial que la secretaría de Hacienda de Guberman publica en la página de Presupuesto Abierto. El trabajo fue coordinado por el jefe de Macroeconomía del banco, el economista Matías Rajnerman, y muestra que en los primeros cinco meses del año, el superávit fiscal de redujo un 30% en la comparación interanual debido a la caída de la recaudación y, en menor medida, al aumento del gasto. Tal como anticipó El Destape, en relación a la motosierra del primer año, las prestaciones sociales se recuperaron en lo que va de 2025 y crecieron un 15% motorizadas por jubilaciones y pensiones y asignaciones, aunque todavía siguen 15% abajo del mismo periodo de 2023. En relación a la disputa con los gobernadores, también hay un incremento. “Las transferencias a provincias, si bien más que se duplican en relación a 2024 en términos reales, se ve una caída muy grande en torno al 50% respecto de la media 2021-2023 y de un 35% en relación al promedio 2016-1019”, afirma Rajnerman.
Así, los gobernadores son socios más o menos involuntarios del ajuste del 30% que el presidente y su ministro de Economía festejan mes a mes como su principal diferencial. Si se mira 2025, aun con la suba del año electoral y el fallo de la Corte a favor de CABA, Milei está repartiendo en transferencias la mitad de lo que repartía Macri en 2017. El año pasado, todavía fue peor y distribuyó la cuarta parte de lo que había transferido Cambiemos a los gobernadores el año de su triunfo en las elecciones de medio término. Sin embargo, el problema Milei lo tiene ahora, cuando su desgaste se profundiza y las elecciones definen parte de su futuro.