Sentirse cansado después del trabajo es algo muy común entre los trabajadores de todo el mundo, sin importar la edad que tengas. Trabajar no solamente cansa por la actividad que demanda en el puesto de trabajo, sino también por la energía mental y física que conlleva viajar hasta el lugar, madrugar, prepararse e interactuar con otras personas. En esta era moderna, el estrés es moneda corriente, sin importar qué tan exigente físicamente sea tu trabajo.
Debido al desgaste mental que implica trabajar, es normal sentirse drenado de energías. Sin embargo, ese bajón de energía puede convertirse en un ciclo de fatiga crónica o incluso derivar en burnout si no se maneja a tiempo. Según la consejera clínica Trisha Miciano, quien conversó con Real Simple, uno de los errores más comunes es pensar que seguir esforzándose más va a traer alivio o satisfacción. "Una vez que entramos en el ciclo del agotamiento, empujar aún más solo profundiza el malestar", advierte. Por esta razón, reconocer los signos del cansancio y dejar de querer ser productivo a toda costa es clave para trabajar y vivir de una forma más saludable.
Aunque no lo creas, existen estrategias sencillas, que no requieren mucho esfuerzo y basadas en evidencia científica, que podés empezar a aplicar antes, durante y después de tu jornada laboral. La psicóloga clínica y de la salud, Dra. Nusha Nouhi, ofrece algunos consejos prácticos que ayudan a recargar el cuerpo y la mente. "No son modas pasajeras; son técnicas respaldadas por la ciencia sobre cómo nos recuperamos realmente", asegura.
Cómo evitar sentirse agotado después del trabajo
1. Observá tu nivel de energía
Durante el día, registrá cuánta energía te demandan distintas tareas. Miciano sugiere clasificarlas en tres niveles: alto, medio y bajo consumo. Esto te va a permitir adaptar tu agenda a la energía real que tenés ese día. "Preguntate cada mañana: ¿cuánta energía tengo hoy? Y organizá tus tareas en función de eso, no de una versión ideal de productividad", propone la experta. Si sos más productivo por la mañana, reservá ese momento para tareas más exigentes y dejá las más livianas para más tarde.
2. Tomá pausas cortas
No dependas solo de un recreo a mitad de jornada: tomate micro-pausas regulares, que son mucho más efectivas. “Incluso cinco minutos de pausa intencional pueden mejorar el rendimiento mental y reducir la fatiga”, explica la Dra. Nouhi. Levantate, estirá el cuerpo o hacé una pequeña caminata dentro de tu casa o de la oficina, o bien salí a dar una vuelta a la manzana si podés hacerlo. Lo importante es desconectarte un momento de lo laboral.
3. Conectate con otras personas
Aunque no seas una persona extrovertida, tener pequeños momentos sociales durante el día puede renovar tu energía. “Hablar con alguien funciona como una válvula de escape”, dice Miciano. Agendá un café virtual, conversá con un compañero o almorzá con alguien. El simple acto de conectarte con otro puede marcar una gran diferencia a nivel mental, aunque pienses que no es algo importante.
4. Hacé cosas que te recarguen, no que te drenen
En lugar de seguir trabajando sin parar, aprovechá los pequeños descansos para hacer algo que te haga bien. Leer, escribir, estirarte o simplemente respirar profundamente. Incluso podés hacer pequeños estiramientos mientras trabajás en la oficina. Intentá no caer en agarrar el celular y quedarte scrolleando. Aprovechá esos minutos.
5. Creá un ritual de cierre del día
Tener un pequeño ritual para marcar el fin de la jornada laboral ayuda a desconectarte mentalmente. Puede ser tan simple como cambiarte de ropa o salir a caminar diez minutos. “Este tipo de transiciones reduce el cortisol y facilita la recuperación mental”, afirma la Dra. Nouhi. También podés hacerte un té, un café, un mate o lo que más te guste.
6. Movete un poco
Si al final del día te queda algo de energía, usarla en movimiento suave (como una caminata o una sesión de estiramientos) puede ser mucho más reparador para tu cerebro que tirarte a la cama a usar el celular. Lo importante es que la actividad sea liviana y reconfortante, no extenuante, para que se relaje tu sistema nervioso.
7. Buscá el sol
Muchas personas no lo saben, pero los expertos recomiendan tomar un mínimo de 15 o 20 minutos de sol. Aprovechá la luz natural después del trabajo o en la hora de tu almuerzo. “La exposición a la luz solar por la tarde ayuda a regular el ritmo circadiano, mejora la concentración y favorece el descanso nocturno”, explica la Dra. Nouhi. Además, respirar aire fresco después de estar todo el día en interiores puede ser revitalizante.