La reciente revelación sobre la súplica del rey Carlos III al príncipe William dio mucho de qué hablar. En un documental de Channel 5 titulado "William and Catherine: Putting Family First", se destapó el particular pedido del monarca del Reino Unido le hizo a su primogénito.
Ingrid Seward, editora de Majesty Magazine, detalló que la conversación entre padre e hijo estuvo llena de sentimientos profundos y arrepentimiento, lo que hizo que la charla fuera aún más impactante.
El monarca le pidió a su hijo que no descuidara a su familia un comentario que, según los expertos, podría marcar un antes y un después en la monarquía británica. Cabe señalar que la familia real vivió muchos escándalos en los últimos tiempos por las peleas entre familiares.
Uno de los momentos más conmovedores fue cuando Carlos, ahora en el trono, dijo: “Por favor, no cometas el error que yo cometí. Quiero que disfrutes de tu vida familiar”. Este tipo de sinceridad es inusual en un monarca, que habitualmente se mantiene distante y enfocado en sus obligaciones.
Carlos III, que pasó gran parte de su vida volcado al deber real, confesó que se perdió instantes importantes con sus seres queridos. Esta súplica al príncipe William no parece solo un consejo paternal, sino un verdadero llamado de atención basado en su propia experiencia y tristeza.
Además, el exmayordomo real Grant Harrold, quien tuvo un vínculo cercano con Carlos, añadió que este gesto es no solo emocional, sino también histórico. "Creo que, por primera vez, tenemos un rey que, si sus hijos lo necesitan, los pondría antes que la Corona", expresó. Esta declaración podría significar un cambio radical en una institución tradicionalmente rígida y austera.
La relación de Carlos con su familia antes de ser Rey
La niñez de Carlos no fue precisamente un cuento de hadas. Seward comentó que tanto él como sus hermanos crecieron bajo la custodia de nanas, con padres absortos en sus deberes reales. Esta experiencia podría ser la razón por la cual Carlos busca que William no repita ese tipo de crianza, tan distante y fría.